lunes, 26 de agosto de 2024

 

La asiduidad y asistencia a logia


Desde los primeros pasos que damos en la masonería, aprendemos que nuestra evolución personal y espiritual está intrínsecamente ligada a nuestra participación activa en las actividades de la logia. Cada encuentro, cada ceremonia, cada tenida es una oportunidad invaluable para nutrirnos del saber y del calor fraternal que emana de nuestra comunidad.

La asiduidad, más que una obligación, es un compromiso con nosotros mismos y con los hermanos que nos rodean. La constancia en la asistencia nos permite no solo aprender de manera continua, sino también enseñar con nuestro ejemplo. Es en el trabajo diario, en la reflexión constante, donde logramos pulir nuestra propia piedra bruta.

Pero, además, la presencia de cada uno de nosotros fortalece el lazo que nos une como una cadena indisoluble. Cuando uno de nosotros falta, no solo perdemos su valiosa contribución, sino que se debilita el símbolo de unidad que nos caracteriza. Por tanto, estar presentes no es solo un acto de responsabilidad personal, sino también de respeto y lealtad hacia nuestros hermanos y hacia la Orden.

Sabemos que en el mundo profano las exigencias son muchas. El trabajo, la familia y otras obligaciones pueden a veces alejarnos de la logia. Sin embargo, recordemos que el templo interior que construimos requiere dedicación, y es en la logia donde encontramos los materiales y las herramientas para continuar con esa labor. Asistir, participar y contribuir activamente es la mejor manera de mantener viva la llama de la fraternidad y de nuestro propio crecimiento.

Así que os invito, queridos hermanos, a renovar nuestro compromiso con la masonería a través de la constancia. Sigamos alimentando este espacio sagrado con nuestra presencia, nuestras ideas y nuestro esfuerzo, sabiendo que cada reunión es una oportunidad de avanzar juntos en el camino hacia la luz.

Que la fraternidad nos guíe siempre y que la paz reine en nuestros corazones.

 

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