martes, 28 de diciembre de 2010

REFLEXIONES SOBRE LA CARIDAD


LA CARIDAD

Cuando de caridad se trata tenemos grandes íconos nacionales, la Teletón, las cruzadas “Chile ayuda a Chile” y “Chile solidario”, junto a las campañas de ayuda promovidas por los matinales de televisión representan la caridad y la solidaridad como un solo valor que se fusiona en medio del desordenado y agresivo oleaje de la televisión; es la caridad eventual.

Formando una estructura de caridad constante y organizada está el Hogar de Cristo y Fundación Las Rosas, citados en estas líneas, tan sólo a manera de ejemplo.

Son los actos de caridad eventual los que sufren la mayor critica destructiva por tratarse de medios de comunicación con fines de lucro que utilizan la necesidad humana, su desgracia, la mezquindad de algunos, las conductas irresponsables de unos pocos, o por que no decirlo, la consecuencia de un sistema económico globalizado adaptado para el más capaz y no para el inhábil; todo esto para conseguir algo más de audiencia, “mercaderes del templo”, dijo un destacado columnista de El Mercurio, “payasos Jugando a ser generosos” o “seres oportunistas” han sido también algunos de los Apelativos entregados, quizás a modo gratuito a los pobres organizadores de campañas

por sus mismos “compañeros de medio”. En todo caso haciendo un examen ulterior, he descubierto que dichas críticas son emanadas siempre por líderes de opinión de menor capacidad de convocatoria o por congresistas que viven del populismo y la opinión ligera.

No es mi ánimo convertir estas líneas en la iteración de un tema ampliamente tratado en foros de discusión universitaria y de instituciones que se disputan el mundo de los chicos buenos; por lo tanto, mi primer aporte consiste en extender la crítica a las instituciones de caridad constante, por estar incurriendo en conductas casi maquiavélicas.

“¿Desea donar parte de su vuelto a la fundación las rosas ?”, ¿desea donar parte de su vuelto al hogar de cristo ?”….sí, exclamamos sin siquiera efectuar el más mínimo análisis del porque lo hacemos o si lo sentimos, si es correcto o no.

Cansado de esta rutina, un buen día un muy buen amigo mío, recibió esta ya clásica consulta en un megamercado, y respondió NO. La cajera borró rápidamente la sonrisa que había esbozado al comienzo de su atención, entregándole además el vuelto con ocho pesos menos diciendo con voz grave “muchas gracias señor ¡”. Acto seguido este amigo tuvo la pésima idea de hacer ver a la cajera lo incompleto de su vuelto. “Señor, no tengo los ochos pesos así es que se los debo, eso porque Usted no los donó”, ya señorita y

disculpe exclamó el a esas alturas sonrojado cliente, que cargó desde ese momento un sentimiento de culpa que lo acompañó hasta el estacionamiento, lugar donde alivió su pesar dando una generosa propina al púber empaquetador que lo ayudó a cargar bultos.

Pero basta de anécdotas e ironías y entremos en materia para lo cual os pido pesar los conceptos y opiniones que vierto no de modo cuantitativo sino más bien cualitativa y moralmente.

¿ Es realmente caridad lo que hacemos frente a las cajas recaudadoras de una

multitienda o megamercado ?, obviamente no, ¿ son medios de caridad las multitiendas y megamercados por lo que hacen con nuestro vuelto o es acaso un acto de mera forma destinado a evitar las pequeñas monedas?, evidentemente se trata de la solución a un problema, ¿ es permitido a una empresa guardar para si el vuelto sin que medie una consulta, sólo porque nos negamos a ayudar a una fundación x ?, no lo es, ¿ es permitido a una institución de caridad conseguir financiamiento para sus obras de la manera que sea, efectuado alianzas con dios y con el diablo?, no lo sé.

La conclusión final, para esta crítica es que se trata de un negocio: “tú necesitas dinero, yo necesito obviar las pequeñas monedas; entonces hagamos negocio”, pero hagámoslo con el dinero de terceros. Al escarbar en lo profundo del espíritu me suena a todas luces como a la celebre frase: “el fin justifica los medios”.

Estimado lector, si a estas alturas mis líneas te han agraviado entonces te sugiero no seguir leyendo y a cambio ir al megamercado más cercano y abastecerte de algunos manjares. Pero no olvides llevar sencillo.

Por lo ácido de mis alcances me siento en la obligación de entregar una particular definición sobre la caridad, con ningún otro ánimo que abrir vuestra mente hacia un punto de vista filosófico, más profundo y más responsable.

La caridad no es otra cosa que todo acto destinado a suplir una carencia que aflige a nuestro prójimo. Una palabra de aliento, una merienda, un abrazo, un aporte en dinero, un acto de defensa, apoyo en la adversidad, la entrega de conocimiento, la entrega de valores intangibles, son sólo algunos ejemplos de verdadera caridad; entonces la caridad no es esa limosna vergonzosa que entregamos en la esquina frente a un semáforo, la caridad no es la escoria de tu dinero, la caridad no es servir café en la navidad a los pobres, la caridad no es ser socio de una fundación, tampoco la caridad es un acto de ostentación pública de nuestro poderío financiero o de nuestro poder político, eso no es caridad.

La caridad es el acto sentido y responsable de dar, mirando a quien, así es, porque la caridad no puede ser un mero acto de sensiblería, ¿ o es acaso correcto entregar a un niño de la calle dinero sin saber su destino ?, ¿ es correcto seguir arruinando el hígado de un alcohólico amparados en nuestro pseudo-amplio criterio?

En los globalizados tiempos que vive nuestro Chile es casi imposible ser bueno y responsable, muchas veces nuestro apuro nos obliga a efectuar actos caritativos sin ni siquiera ver el rostro de nuestro prójimo.

Entonces para ser caritativamente responsables debemos entender que no cualquier persona puede ser artista, del mismo modo que ensayamos para el próximo encuentro deportivo con nuestros compañeros de equipo tenemos que cultivar una virtud llamada filantropía, que no es otra cosa que el amor a la humanidad. Cuando entendamos lo que es este sentimiento, entonces podremos darnos cuenta que la para ser caritativo se necesita talento. Lo bueno de la caridad es que es un talento posible de cultivar sin otro ejercicio que la filantropía.

Autor: VMRM

1 comentario:

  1. sin duda que la TELETON, no tiene comparación, en como juegan con los sentimientos, situaciones, etc, y como se mueven grandes cantidades de dinero, y no todo en beneficio directo de los menesterosos...en fin...¿el fin justificara los medios?; ya que no cabe duda de la labor solidaria de la institución, dandole cabida en forma más expedita y oportuna a los chilenos menoscabados en su integridad fisica.

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